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Pero con un poco de paciencia, creatividad, podemos enseñarles desde muy pequeños a prestar atención plena en su día a día, y de esta manera irán aprendiendo a autorregular su conducta.
Comparte tu meditación con él. Toma a tu niño y sostenlo en tu regazo mientras meditas. Es muy probable que te sientas reconfortada con la presencia de su cuerpo.
Otra forma de fomentar la atención plena es dirigiendo la atención de tu hijo a sus sentidos, como por ejemplo:
Puede motivarlo convirtiendo estas actividades en un juego, por ejemplo, podrías decirles: “Usa tu sentido arácnido para percibir lo que tienes cerca como Spiderman”
También puedes enseñarle a respirar profundamente recostándolo en una superficie boca arriba, y poniendo un peluche en su abdomen diciéndoles: “vamos a mecer al peluche”. Luego usando su respiración, podrá ver que puede mecer al peluche para que se duerma, moviéndolo hacia arriba y hacia abajo con una respiración profunda. Esta actividad es particularmente buena para intentar que tu hijo se relaje por la noche.
Soplar burbujas es otra forma divertida de estimular la respiración profunda en tu pequeño.
Por último, leerle a tu niño, puede ser una actividad relajante y singular. Para los pequeños que tienen períodos de atención particularmente cortos, se puede usar libros sensoriales, aquellos que contienen diferentes texturas o los “pop up”, libros que al girar solapas de presentan sorpresas.
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Lic. Malena Huamán
Branstetter, Rebecca. La guía para padres conscientes sobre el TDAH: un enfoque consciente para ayudar a su hijo a ganar concentración y autocontrol (Guías para padres conscientes) (págs. 48-49). Adams Media. Edición de Kindle.
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