El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), es un trastorno crónico que persiste a lo largo de la vida, por tanto es esencial que para que los niños y adolescentes tengan éxito los padres participen activamente en el tratamiento, volviéndose expertos y coterapeutas.
Una de las intervenciones más estudiadas de apoyo para padres de niños con TDAH es el entrenamiento de padres en el manejo de la conducta.
Hay varias razones para trabajar con los padres en temas de crianza y manejo conductual de los niños con TDAH:
Los niños con TDAH tienen un índice mayor de conflictos con los padres y hermanos, por lo que suele haber más estrés en la familia.
Los padres de niños con TDAH suelen tener un estilo de crianza ineficaz, que se caracteriza porque son inconsistentes, permisivos, autoritarios, sobrerreactivos, menos sensibles. Algunos padres se sienten deprimidos y utilizan estrategias de afrontamiento desadaptativas.
Los padres en un esfuerzo por manejar el comportamiento de los niños empiezan a utilizar métodos ásperos y punitivos, por ejemplo: gritar, amenazar, o castigar físicamente.
La conducta de los padres y de los niños comienza a escalar y aumentan las reacciones punitivas de los padres hacia el niño, generando después conductas desafiantes. Con el tiempo se pierde la eficacia parental frente a los desafíos del niño con TDAH, dando como resultado conductas permisivas e incoherentes en los padres.
Los programas de entrenamiento para padres en el manejo de la conducta abordan estos temas de crianza, enseñan a los padres estrategias de afrontamiento y cómo ser consistentes y coherentes. Se ha demostrado estos resultados en varias investigaciones (Chronis, Chacko, Fabiano, Wymbs y Pelham, 2004; Lee, Niew, Yang, Chen y Lin, 2012; Rajwan, Chacko y Moeller, 2012) citados en Barkley, 2015.
Las dificultades en la crianza de los hijos con TDAH implica un riesgo evolutivo del trastorno. Pueden relacionarse con el desarrollo de otros trastornos psiquiátricos como el trastorno de conducta oposicionista desafiante, el trastorno disocial, la depresión y el trastorno de ansiedad infantil.
Teniendo en cuenta esta relación entre TDAH y las comorbilidades, el entrenamiento parental en manejo de la conducta es una intervención eficaz para prevenirlas.
El entrenamiento capacita a los padres para participar en el tratamiento de su niño en el sentido amplio de la palabra y a largo plazo, ya que aprende a entender las necesidades de su hijo y comunicarse claramente con sus terapeutas.
Existen varios programas que han sido desarrollados en las últimas décadas y que están disponibles como por ejemplo:
Programa de niños desafiantes (Barkley, 2013)
Triple P-Programa de Parentalidad Positiva (Turner, Markie-Dadds & Sanders, 2010)
Communitiy Parenting Education Program (Cunningham, Bremmer & Secord, 2006)
Incredible Years Parenting Program (Webster-Stratton, 2006)
Aunque existen diferencias entre algunos de los parámetros de estos programas, el contenido es probablemente más similar que diferente. La mayoría de estas intervenciones se han utilizado con eficacia en edades pre-escolares y escolar de preferencia.
En edades mayores las intervenciones se centran en apoyar la comunicación entre padres e hijos, los acuerdos mutuos y consecuencias.
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María Elena Huamán
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